EUROPA
PRESS
4 diciembre
2018
¿Puede
la alimentación reducir el riesgo de depresión?
La depresión es una enfermedad donde
influyen muchos factores que interactúan entre sí. Desde factores psicológicos,
hasta genéticos, ambientales y biológicos. Es una enfermedad bastante compleja.
Lo que se ha visto es que la dieta puede ser efectiva en la prevención de la
depresión; aunque no en todos los casos.
Así lo asegura a Infosalus
Almudena Sánchez Villegas, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública
de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en una entrevista con Infosalus, quien explica que se ha comprobado que entre un
25 y un 40% de casos de depresión cursan con inflamación sistémica de bajo
grado.
"No todas las depresiones cuentan con inflamación
sistémica de bajo grado, es decir, una situación en la que el cuerpo está
inflamado, algo que por ejemplo ocurre también con la diabetes y con la
obesidad y también en la enfermedad cardiovascular, donde hay una inflamación
de base en el cuerpo", remarca la especialista, quien presentó el estudio
publicado en la revista de acceso abierto 'BMC Medicine', durante el pasado XXI
Congreso nacional de Psiquiatría.
"Se nos ocurrió pensar que si hay una inflamación en
personas con depresión y en las enfermedades del corazón, y hay estudios que
demuestran que hay dietas que son buenas para prevenir el infarto, quizá sean
efectivas también para reducir el riesgo de depresión", subraya la
especialista, a la vez que sostiene que se ha observado que aquellas personas
que siguen dietas cardiosaludables a largo plazo tienen menos riesgo de
desarrollar depresión.
Como principal ejemplo de dieta cardiosaludable la experta
apunta a la dieta mediterránea, caracterizada por un alto consumo de cereales,
preferentemente integrales; fruta; verdura; y aceite de oliva. Asimismo, apunta
a un consumo moderado de lácteos, de legumbres, y de carnes blancas (pollo,
pavo), y un bajo consumo de carnes rojas (cerdo, ternera), y esporádico de
dulces.
En este punto llama la atención sobre el hecho de que el
aceite de oliva debería ser 'virgen extra' porque es más bruto y presenta un
alto contenido en polifenoles, con un potente efecto antiinflamatorio y
antioxidante. Según defiende Sánchez Villegas, cuando se sigue la dieta
mediterránea te aseguras una adecuada ingesta de micronutrientes esenciales,
fundamentales para el funcionamiento celular y el neuronal.
"La dieta mediterránea consiste también en un consumo
moderado de pescado, de manera que tienes un aporte óptimo de ácidos grasos omega
3, que tienen por un lado un potente efecto antiinflamatorio y forman parte de
las membranas neuronales, de manera que el transporte entre neuronas funciona
bien", indica la especialista en Medicina Preventiva.
Según defiende, lo ideal es que siempre se siga un patrón
global de alimentación correcta y adecuada, y no centrarse en un solo alimento.
"Básicamente seguir la dieta mediterránea aporta una serie de alimentos y
de nutrientes que se han relacionado con la inflamación y con otros procesos que
podrían aparecer alterados en la depresión", remarca.
Es más, si hubiera que destacar una serie de alimentos
especialmente antiinflamatorios apunta al aceite de oliva virgen extra porque
además de los compuestos polifenólicos antes
mencionados, también tiene vitamina E, con capacidad antiinflamatoria. Otros
alimentos estrella antiinflamatorios son las frutas y las verduras. El pescado
también lo es como fuente de omega 3. El magnesio, el zinc, casi todas las
vitaminas son antiinflamatorias; por lo tanto todo lo que sea fuente de
vitaminas podría ser altamente antiinflamatorio.
"Lo ideal es que nos alimentemos de productos poco
procesados, alimentos que son nutricionalmente muy ricos y que puedan ser muy
beneficiados frente a la salud. Evitar los procesados, como las galletas, la
comida rápida, los snacks, los zumos azucarados, o la bollería industrial.
Cuanto más natural sea un alimento más saludable. Hay que evitar todos aquellos
donde haya una etiqueta donde aparezcan elementos añadidos, azúcares y grasas. Sería
efectivo para la enfermedad cardiovascular y también para la depresión, como
hemos comprobado", sentencia Sánchez Villegas.